“Si no hay forma de determinar un camino seguro, ¿por qué todo el mundo se empeña en que exista? ¿Por qué demandamos como si realmente existiera? Un método, una forma correcta, un modelo, o una estrategia de enseñanza. Pedagogías turísticas. Un recorrido en tours que nos asegure visitas guiadas aunque nos muestren el paisaje sólo desde la ventanilla. Es que frente a esa escuela en la que hoy se desordenan nuestras certezas, nos despeñamos con ellas. Lo primero (¿lo único?) que se nos ocurre es la demanda: cómo reponer algunos marcos. La escuela nos vigila desde su mirada panorámica. Nos hemos convertido en nuestros propios carceleros… La pedagogía instituida ya nos dio todos los marcos, ordenando la tarea desde la perspectiva de quien, viviendo en las alturas, delimita, define, planifica, clasifica… y evalúa: qué es lo bueno, lo correcto, lo que no está, lo que no alcanza, lo que deberíamos hacer, el camino a seguir… Estas palabras sólo evocan y sostienen lo que, fracasando, i
Un espacio para aprender a pensar y pensarnos en torno al lenguaje de la formación pedagógica.